Viajera,
en tus caminos brotan aves desde tus manos
cuando con ellas señalas el adiós blanco y puro
tu “adiós “ que se confunde con las páginas del libro
aquellas que leerás mientras te somete el tren de la vida
dulcemente en su vaivén
Viajera,
los rieles silban en medio de las pampas y campos ,
campos con olor a hierba húmeda recién cortada para fardar y guardarse en invierno,
y mientras el silbato de la máquina anuncia su llegada
no sabes, pero presientes en los paisajes cambiantes
las transformación del presente
Viajera,
te inunda la dicha al resonar las campanas
del templo de la infancia que hace tiempo fuera por la ciudad dormido
y esa tibieza te es muy familiar cuando desciendes y enfrentas a tus pasos
con los recuerdos de esos tiempos añorados y claros
en tus caminos brotan aves desde tus manos
cuando con ellas señalas el adiós blanco y puro
tu “adiós “ que se confunde con las páginas del libro
aquellas que leerás mientras te somete el tren de la vida
dulcemente en su vaivén
Viajera,
los rieles silban en medio de las pampas y campos ,
campos con olor a hierba húmeda recién cortada para fardar y guardarse en invierno,
y mientras el silbato de la máquina anuncia su llegada
no sabes, pero presientes en los paisajes cambiantes
las transformación del presente
Viajera,
te inunda la dicha al resonar las campanas
del templo de la infancia que hace tiempo fuera por la ciudad dormido
y esa tibieza te es muy familiar cuando desciendes y enfrentas a tus pasos
con los recuerdos de esos tiempos añorados y claros
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