martes, 3 de febrero de 2015

TERERSA WILMS MONTT . CON LAS MANOS JUNTAS .

MADRE: es verdad que me has perdonado?

Desde que te fuiste yo he implorado con toda mi alma tu espectro, he llorado al silencio, voz de la nada, para que regale mi oido con aquella dulce palabra de alivio.

Mi cabeza hundida en meditacion ha profundizado todas las ingratitudes, todas las veleidades y ha surgido luminosa con un Si! de verdad

iOh, si, me has perdonado! Asi como abrio  tu vientre para darme a la luz Como no abriria gustoso tu corazon para dar consuelo a la hija dolorida, errante, huerfana de todo y de todos?

Madre: perdonar es la suprema felicidad de una alma que deja este mundo para ir a otro, donde no hay pasiones, donde el ultimo aliento quiere disolverse de un grandioso anhelo de bondad 

En mis largas noches de tristeza, le he visto en el lecho de muerte. Tus ojos brillantes, cansados de sufrir y meditar, tenian la omnipotencia de las lamparas sagradas que se apagan. Mis hermanas rodeaban tu lecho, desgarrados sus corazones de madre, al ver partir eternamente a la madre tan joven, que apenas si pudo ser abuela.

Madre: veo tambien a mis hijas, a mi dos angeles adorados, mirarte, graves, con los ojos extaticos, sintiendo en sus almas infantiles la raiz de aquel dolor, que al nacer de mi heredaron.

Todas estaban contigo ... Pero tu  estabas sola! Mi ausencia en ese momento debio serte toda una vida, porque al cerrar los ojos, se ve el camino de las almas, y tù, en una larga mirada, viste la senda por mi recorrida. Debiste sufrir, madre mia, y en ofrenda a esa angustia tuya, lloro estas lagrimas tan lejos de tu fosa ya que el destino inclemente me niega hasta la dulzura de llorarte cerca.

Debiò estremecer tus huesos el escalofrio que hiela màs que la muerte.

Pero no, no estabas sola; aquel momento enorme de cerrar los ojos, tenias mi alma atu lado. Ella llegò con la valentia de su timidez, y blandamente, imprimiò en tus ojos el beso que imploraban y te daba el Perdòn.

Y ahora, con las manos juntas vueltas haciael cielo, vive adorando tu recuerdo la hija que fervorosamente te reconquistò en la muerte

Te fuiste y dejaste bendita la tierra que has pisado.

Ahora. tu huella serà mi rumbo.

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Hoy comenzaron mis vacaciones y me encontrè con Teresa y esta carta tan sentida a su madre ; la verdad que me estremeció reconocer en ella una humildad profunda y cariño por ella  y el "temor reverencial " de no hacerla sufrir por el inmenso amor  que sentía por ella





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